EL INICIO DE UNA TRAYECTORIA FRUCTÍFERA

Finaliza el año 2022 y es hora de revisar la trayectoria de publicaciones que comenzó en 1991. El proyecto fue divulgar las fuentes documentales canarias, con la intención de dar una nueva visión al añadir los medios de vida, dinamizar las historia de las familias con sus adquisiciones, testamentos, censos, vínculos y mayorazgos en caso de haberlos.

Destaco que comencé mi itinerario en Congresos de Historia que se celebraron en Portugal, en donde vi una sistemática distinta en que las grandes gestas nacionales nada tenían que ver con lo cotidiano de la vida de los ancestros, del taller de un maestro pedrero en el siglo XV o de una carpintería. Era una historia basado en lo cotidiano y el camino de las familias no recogida en ningún trabajo. Presentaba para mí una expectativas de investigación descartada en nuestro ámbito de investigación, de manera que cuando lo hablé con historiadores me contestaban: son materias auxiliares de la historia, como la genealogía o la medicina legal. Naturalmente no estuve de acuerdo y continué con mis investigaciones siguiendo mi propia intuición que me llevaba no solo a escribir de familias sin aparente historia, sino también de colocar en su sitio las que solo fueron tratadas en la Revista Hidalguía o el Nobiliario de Canarias, porque detrás de un título de Castilla o de una orden de caballería hubo ancestros que se encargaron de acumular una fortuna. No se trata de corregir, sino de modernizar a través de un nuevo enfoque. Pasar de los oropeles a la realidad cotidiana de las cosechas en unas islas en donde los ciclos de producción estuvieron definidos y crearon riqueza así como produjeron ruinas. La importancia de los curas beneficiados en el ascenso social, de los recaudadores de censos y tributos, de los administradores y medianeros conocedores de la red comercial de cada comarca. De la importancia de pertenecer a las Milicias Provinciales y a los cargos concejiles.

Lo que puede dar la apariencia de desorden, lleva su lógica. Nada mejor que seguir el itinerario de publicaciones que captar cuál fue mi intención. Comencé con dar a conocer las razones económicas de la República de Génova que convence a los monarcas de Portugal y Castilla a invertir en las isla atlánticas o Macaronésicas, las Macaron Necei de los griegos. Las islas de la Fortuna que Clemente IV otorgó por la bula tue dovotionis sinceritas al infante Luis de la Cerda en 1344. Los obispos teldenses desde Bonanato Tarín a Bolaños.

 



Para no caer en la monotonía, intercalo las obras más antiguas con las últimas y así el lector se una idea exacta de la labor de investigación y su objetivo.


Me refiero a la historia familiar y comercial de los Lercaro Justiniani, originarios de Génova que se establecieron primero en La Laguna y luego trasladaron su residencia en La Orotava. La documentación utilizada figura en sus archivos familiares y en los pleitos mantenidos con otras familias isleñas en defensa de su posición económica. Llegan a abrir casa en Génova para recuperar la línea extinta de la familia genovesa, con el resultado que figura en la obra.

12 diciembre 2022.
Al primer Congreso que asistí en Portugal, simplemente participé en la entrega de las actas. Ceremonia que tuvo lugar en el Palacio de los duques de Braganza, velada en la que prepararon una cena de gala y encendieron las lámparas del salón noble convertido en comedor para la ocasión. Precedía la estancia un precioso tapiz que representaba la toma de Alzira, en Marruecos por los portugueses en tiempos del infante don Enrique el Navegante.
Sí participé en el segundo Congreso, también presidido por el doctor Freitas do Amaral. Versó sobre Don Manuel el Venturoso y su época y presenté una ponencia que leí en la Universidad del Miño, versaba sobre por qué en la época de mayor esplendor de Portugal se produce el mayor despoblamiento y sobre todo en tierras del interior hacia el Océano Atlántico, época que coincide con la mayor llegada de familias portuguesas a las Canarias Occidentales. También llamé la atención sobre la poca población de Portugal, que solo tuvo un millón de habitantes y que separados los hombres de las mujeres y los tercios de niños, adultos y viejos no tuvo suficientes soldados para defender tan amplio imperio. Recuerdo que en este congreso, un profesor de Madrid  defendió su trabajo sobre el censo de Quintanilla, redactado en época de los Reyes Católicos, en donde dio cuenta de las poblaciones de Aragón, Castilla y Portugal. Aragón con tres millones de habitantes, Castilla con ocho y Portugal con el ya enunciado de uno. Época en que a las familias se reunían en fuegos alrededor del cual vivían los padres con los hijos y nietos.






Isleños canarios en el poblamiento de La Luisiana de Bernardo de Gálvez, es fruto de una investigación basado en distintas fuentes documentales de la propia Luisiana y de las islas Canarias, pues bajo el encargo encomendado al capitán del rey Matías de Gálvez, al que sucede el ingeniero Amat de Tolosa, se llegó a cabo el reclutamiento de soldados para engrosar el Regimiento de Luisiana, que junto a sus familias provenientes de diferentes islas parte del fondeadero de Santa Cruz de Tenerife en diferentes embarcaciones fletadas al efecto, dado que el convoy de Indias se retrasó. Algunas llegaron a Nueva Orleans, pero otras recalaron a Cuba, para incorporarse más adelante los que pudieron a su destino, primero Barataria y luego Valenzuela y Tierra de Bueyes. Es un libro que población en sentido estricto y de ahí proviene su valor, como fuente documental que da referencia a los descendientes americanos de sus orígenes isleños.

Al quedar para el autor este libro huérfano de una visión más general de lo que fue La Luisiana Española, que comprendía un tercio de los Estados Unidos actuales, y que fue determinante para la independencia de los mismos, es por lo que surge el libro titulado: La Luisiana española en sus documentos: gobernadores, descripción del territorio, fortificaciones, comercio e indios. En que se trata pormenorizadamente estos temas durante los sesenta años que la provincia fue administrada por la Monarquía Hispánica, comprendiendo los reinados de de Fernando VI, Carlos III y Carlos IV, hasta que en 1808 la cede a Napoleón en una decisión personal del monarca, utilizando a Urquijo, que dispuso de una parte del reino como si fuera de su propiedad por el capricho de María Luisa de Parma de darle a su hija el efímero reino de Etruria. Libro que está fundamentado en la documentación oficial custodiada en la Biblioteca Nacional de España y el portal de Archivos Españoles PARES.
    







   

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